¡Hola! soy Claudio y hace ya un par de meses que vivo con esos inseparables amigos llamados acúfenos.

Hace varios años también me estuvieron acompañando pero digamos que era mucho más leve y, pasado el primer ‘susto’, me pude llegar a olvidar de ellos.

¿Y por qué os cuento esto?

Porque desde principio de febrero se han vuelto más presentes en el oído izquierdo, haciendo al principio muy difícil dormir sin ninguna ayuda sonora (aunque normalmente con el tiempo te acostumbras y puedes llegar al punto de no necesitar nada).

Qué he probado anteriormente

Cuando me levanté esa noche del 4 de febrero de madrugada y noté el pitido en mi oído izquierdo, me puse muy nervioso. Así que no pude dormir más. Y encima, mi pareja estaba de viaje.

En vista de la situación, me lancé a hacer lo que, para mí, es el mejor antídoto contra el nerviosismo:

Correr.

Eso sí, eran las cinco y cuarto de la mañana.

Pero durante las siguientes noches, mi amigos los acúfenos me seguían acompañando.

Así que me decidí a probar varios métodos para enmascararlos. Aquí están los 6 que probé.

1. Aplicaciones de sonido

Me puse sonidos de lluvia, de viento, de ruido blanco, rosa y marrón (sí, hay de varios colores).

También probé con el sonido de fondo del tren en movimiento, de un barco e incluso de carillones de viento (yo no sabía su nombre técnico, es ese sonido que hacen estas varitas de metal que se colocan en las puertas).

En cuanto a las aplicaciones para el móvil, las que mejor me han ido han sido Noizio y Tide, disponibles para iPhone y Android. Ambas gratuitas. No tienen versión en español, pero a nada que sepas un poco de inglés se entiende. 🙂

2. Auriculares (los normalitos con cable)

Los primeros días con los auriculares, bien (aunque tampoco tenía mucha más opción).

Pero claro, te mueves, el auricular se te cae, te enredas con el cable… Y cuando te despiertas de madrugada (‘hey acúfenos, ¡vosotros otra vez por aquí!’), tienes los auriculares caídos.

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3. Auriculares sin cable (los AirPods de la marca de la manzanita)

Veía que los auriculares eran lo único que me ayudaba a enmascarar los acúfenos, y pensé en mi jefe y en sus auriculares sin cable. Y me dije: «Venga, voy a hacer una inversión y comprármelos, así también los puedo usar para ir el trabajo».

Pero después de varios días usándolos, también se me hacían un poco incómodos al apoyar el oído sobre la almohada con el auricular.

Y la batería a veces no me aguantaba toda la noche. Aparte, no veo muy sano para el oído (a no ser que se trate de casos extremos) tener un auricular todas las noches en tu oído.

4. El móvil bajo la almohada (por supuesto, en modo avión)

Esto me fue bastante bien porque no tienes nada en forma de auricular en tu oreja.

El problema es que si te giras mucho, vas a dejar de escucharlo. También si duermes con tu pareja, puede que la despiertes al levantar la almohada (y entonces tendrás dos problemas).

Además de ser peligroso dormir con el móvil bajo la almohada, si te gusta dormir boca arriba puede que no sea suficiente.

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5. Gracias Amazon, una almohada con altavoces integrados (sí, como lees)

Después de otra mala noche, mientras desayunaba, dije: «Voy a ver si hay algo por Amazon que me pueda ayudar».

Y sí, ahí estaba.

Una almohada de Pikolin (si vives en España, sabes que es una marca conocida de almohadas y colchones) que viene con altavoces.

Me puse a leer las opiniones de algunos usuarios y la mayoría eran bastante favorables (había algún comentario diciendo que no se oía nada, pero claro, es una almohada con altavoces, no un altavoz para tener una discoteca en casa). Total, que la compré, y aunque no es perfecta, es lo que más recomiendo para dormir.

Mi pareja no escucha absolutamente nada. Yo no tengo que estar pendiente de si se me caen los auriculares. Y también escucho el sonido estando boca arriba (de hecho, es cómo mejor se oye).

Puedes encontrarla aquí: Almohada Pikolin Visco Music AH213 Natural con altavoces 35 x 70 cm.

Lee la valoración completa en mi artículo Un gadget para dormir mejor con tinnitus: la almohada Pikolin Visco Music.

6. Un mini-ventilador de escritorio (de cable USB o enchufe, nunca uno de pilas)

Esta es la última opción y además una muy analógica.

Aunque, como ya comenté, con el tiempo uno normalmente se acostumbra a dormir sin nada (¡bendita habituación!), ahora con el verano en vez de la almohada con altavoces uso un ventilador pequeño de escritorio que hace muy poco ruido pero lo justo para mantenerte fresquito y ayudarte a focalizarte en otro sonido en vez del nuestro propio. ¡Lo enchufas y a dormir!

También lo puedes intentar con uno grande de casa pero en mi opinión hacen demasiado ruido.

Puedes encontrarlos online aquí.